martes, 5 de julio de 2011

Voy a negociar con El...

¿Quién es Dios y dónde está?
Esa es una pregunta que muchos nos hacemos a lo largo de nuestra vida y rara vez encontramos una respuesta que nos demuestre con exactitud quién es y donde se encuentra.
Lo responsabisamos de todas las cosas malas que ocurre y por lo tanto dichos actos nos parecen horrorosos y crueles.
Nos acercamos a El para pedirle, y muchas veces pensamos que no existe o está sordo porque no vemos los resultados esperados.
Pero Dios es imprevisible, es tierno, es suave y generoso, y lo podemos encontrar en todas esas pequeñas cosas que nos rodean. Sólo basta mirarlo con amor,
A Dios lo encontramos mucho más fácilmente cuando damos que cuando pedimos
Porque Dios se mueve entre las necesidades del prójimo y se manifiesta delante de nuestros ojos cuando nos ponemos al servicio de aquellos que nos necesitan..
Necesito urgentemente encontrarlo, mirarlo a los ojos y saber que está a mi lado y desde luego no va a ser encerrada en mi palacio de comodidades donde lo halle
Tengo que salir a su encuentro porque necesito negociar con El la importancia de mi vida. Tengo que convencerle .que tengo en mis manos, en mi energía muchas cosas para dar a la gente que me rodea.
Sé que se encuentra trabajando entre los que sufren y se desesperan, entre los que la desidia les ha hecho arrojar la toalla, entre los que están faltos de amor y de estímulos, entre los desesperados  y es allí hacía donde me dirijo.
Un cáncer puede hacer que tu cuerpo desfallezca, que te sientas limitado, que te sientas cansado, dolorido, pero  tu espíritu puede acabar con ese cáncer, porque
El antídoto más grande del mundo en contra de la propia enfermedad es la energía , el proyecto, la ilusión,, el tener siempre tus manos por débiles que se encuentren llenas de ganas de ofrecer a otros algo.
El ser humano tiene vida mientras tenga algo que dar a los demás, mientras tenga una alegría que ofrecer.
Por eso voy a salir hoy a la calle en busca de Dios, y sé sin duda alguna que se encuentra entre los que su sufrimiento es mayor que el mío, allí hablaremos de negocios tengo que convencerlo de una forma seria y honesta de que es necesario que siga viviendo, porque aún tengo ganas de luchar por el bien de otros

El es un buenisimo negociador sabrá que podré ayudar a hacer rentable mi existencia.
 
© Clara Isabel Hernández Cabrera.
 
8 diciembre 2010
 

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